Normalmente somos conscientes del impacto que ciertas actividades causan en el medio ambiente gracias a los medios de comunicación tradicionales. Sin embargo, no somos conscientes que nuestras actividades y costumbres de consumo también causan un riesgo significativo en el medio ambiente o impulsan las anteriores. Sin contar con los perjuicios a la salud.
No obstante, investigadores de las Universidades de Oxford y Minessota quienes ha publicado un estudio donde analizaron 57.000 productos vendidos en los supermercados anglosajones (enlace).
Desafortunadamente, estas investigaciones están poco o nada difundidas por los medios de comunicación, o su lenguaje desafortunadamente no es apto para todos los públicos.
El objetivo de este estudio era permitir a los consumidores comprar de forma más sostenible sin sacrificar su salud, también compararon los resultados con las cualidades nutricionales de estos alimentos. Se trata por tanto de mejorar la toma de decisiones.
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Un estudio basado en el análisis de 57.000 productos
Como norma general, estos investigadores creen que cuanto más sostenible es un alimento, mejor es desde el punto de vista nutricional.
Y aunque ya existían numerosos estudios que confirmaban lo analizado, la novedad del último informe es que su análisis se relaciona con productos compuestos por múltiples ingredientes, como salsas, comidas preparadas y otros.
Pero la investigación tuvo sus problemas, debido a que la cantidad de cada ingredientes utilizado en la fabricación de estos productos se considera un secreto comercial y, por lo tanto, no se revelan detalles reales. De hecho, solo alrededor del tres por ciento de los más de 57,000 productos vendidos por ocho minoristas de alimentos tenían su composición completamente revelada.
Para enfrentar este desafío, crearon un algoritmo que utilizó información de un significativo número de productos en el Reino Unido que enumeran las cantidades de ingredientes y luego extrapolaron eso a miles de otros productos en el mercado. Este proceso se vio favorecido por el hecho de que las etiquetas de los productos suelen enumerar los ingredientes en orden decreciente de cantidad, lo que permitió que el algoritmo infiriera el porcentaje de cada ingrediente en aquellos productos que no compartían esta información.
Y para evaluar el impacto ambiental, se consideraron cuatro factores: emisiones de gases de efecto invernadero, uso de recursos hídricos, uso del suelo y la eutrofización de las aguas1,
Información que nos ayuda a decidir
Por ejemplo, descubrieron que los concentrados de zumos y refrescos se encuentran entre los productos vendidos con el menor impacto ambiental, porque están compuestos principalmente de agua, pero su calidad nutricional es deficiente.
Por ejemplo, en lo que respecta a los alimentos preparados (Sopas, bocadillos y ensaladas)» y alimentos congelados para el desayuno (fruta y bollería) tuvieron un impacto medioambiental estimado bajo y una buena calidad nutricional, lo que contrasta con «tartas, quichés y comida para fiestas», que tuvieron una mala calidad nutricional y un impacto medioambiental estimado de moderado a alto.
El pan, pero también determinados cereales y comidas preparadas o postres, tienen un impacto ambiental relativamente bajo o intermedio. Por otro lado, pescados, quesos y carnes, especialmente carnes rojas, tienen un alto impacto.
Podemos encontrar algún consuelo en los hallazgos de los investigadores sobre la polémica de las salchichas, uno de los productos que mostró una gran variabilidad en el impacto según sus ingredientes. Por ejemplo, las salchichas de res tuvieron un impacto ambiental 240 % mayor que las salchichas de cerdo, que a su vez tuvieron un impacto 100 % mayor que las salchichas de pollo.
Se encontraron tendencias similares para las salsas de pesto, la lasaña y las galletas. En el caso del pesto, los frutos secos fueron determinantes de un alto impacto medioambiental, mientras que los lácteos son un factor de baja calidad nutricional. En el caso de la lasaña, el tipo de carne fue un determinante clave de su impacto medioambiental, siendo la lasaña de ternera la de mayor impacto, la de cerdo y la de aves de corral las de impacto intermedio, y las vegetarianas y veganas las de menor impacto.
Para todas las galletas identificadas, el chocolate fue un determinante clave tanto para el medio ambiente como para la nutrición, teniendo las galletas que contienen chocolate una composición nutricional más pobre y un mayor impacto medioambiental.
«Reemplazar la carne, los lácteos y los huevos con alternativas de origen vegetal podría tener grandes beneficios ambientales y para la salud«, señala el estudio.
Pero pequeños cambios también pueden ayudar. Por ejemplo, la lasaña de ternera, con un alto impacto ambiental, podría ser sustituida por una lasaña de pollo o de cerdo, o vegetariana.
En definitiva, la clave se trata en conocer mejor las proporciones y el origen de los diferentes ingredientes ayudaría a determinar con mayor precisión su impacto en el medio ambiente, como apuntan los investigadores.
1Se entiende por eutrofización cuando las vías fluviales se enriquecen con minerales y nutrientes, principalmente de fertilizantes.