Hoy más que nunca, las buenas prácticas agrícolas pueden contribuir al cuidado de los recursos naturales. Por ejemplo, la rotación de cultivos permite mantener la biodiversidad (fauna y flora), así como la protección del suelo frente a la erosión.
Gracias a la presión social y a las obligaciones por parte de las administraciones públicas (como es el caso de las Políticas Agrarias Comunitarias; PAC) las Buenas Práctica Agrícolas han obligado a su incorporación a la gestión productiva de los espacios agrarios.
Su objetivo está claro: minimizar los impactos de las actividades del sector primario.
Con esta serie de publicaciones, vamos a orientar a las personas interesadas en aquellas decisiones que permitan gestionar sus espacios de una forma más sostenible en el tiempo.
Añadiremos numerosos casos de estudio que han incorporado este tipo de manejos con el objeto de poder ayudarte a tomar decisiones.
La sostenibilidad de los recursos naturales
De una forma sencilla, se puede definir al medio ambiente como » el conjunto de valores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar y un momento determinado, que influyen en la vida material y psicológica del hombre y en el futuro de generaciones venideras» (MITECO).
El medio ambiente proporciona bienes y funciones (recursos) fundamentales para la vida de las personas y el ecosistema. Porque los procesos productivos – alimentación, energía, materias primas industriales -, se producen gracias a ello y con su ausencia no se podrían dar.
De esos recursos, el agua es el principal de sus componentes, ya que sin el agua la vida en el planeta sería imposible. El agua permite la biodiversidad y la producción de biomasa en el suelos; es fundamental para la vida acuática e incluso permite actividades económicas como puede ser todo aquel relacionado con el sector turístico.
Otro concepto a destacar es el de biodiversidad, definido como la variedad de seres vivos que permiten el correcto funcionamiento de los ecosistemas. Es decir, cada ser vivo es un engranaje de una maquilaría natural; y cuando falta uno de esos engranajes la maquinaria tiende a fallar y los recursos dejan de producirse.
Plan de Manejo Sostenible
Lo primero que debemos hacer es definir el objetivo de nuestro Plan.
Por un lado queremos mantener o aumentar la producción de nuestra parcela para poder mantener o mejorar nuestro nivel de vida [1]. Por otro lado, estamos dispuestos de hacerlo de manera sostenible; es decir, intentando no agotar los recursos mediante el mal funcionamiento del ecosistema [2]. En definitiva, este último punto se centra en evitar los impactos negativos y potenciar los positivos.
Nuestro Plan debe basarse en una serie de etapas o fases que destacamos a continuación:
En la publicación del próximo viernes te indicaremos cómo dar cada uno de los pasos comentados. Así que, coge lápiz y papel y vamos a trabajar juntos.