A veces olvidamos lo importante que es el suelo en nuestras vidas. No solo es la base donde crecen las plantas y los alimentos, sino que es el hogar de miles de seres vivos, almacena agua, regula el clima y guarda una gran parte del carbono del planeta. Es, en pocas palabras, uno de nuestros mayores aliados, aunque no lo veamos.
Pero, ¿cómo saber en qué estado están nuestros suelos y cómo cuidarlos mejor? Aquí es donde entran en juego la tecnología y las ganas de hacerlo bien. Desde el Departamento de Investigación Evenor-Tech creemos que para cuidar algo, primero hay que conocerlo. Por eso, usamos imágenes de satélite, datos climáticos y herramientas informáticas avanzadas para «mirar» el suelo desde una perspectiva totalmente nueva. Así, podemos entender mejor cómo está distribuido el carbono orgánico en distintas zonas y cómo podemos protegerlo.
Lo más bonito de este enfoque es que nos permite ayudar a muchas personas a la vez. Con los mapas digitales que generamos, agricultores, técnicos y hasta estudiantes pueden conocer mejor el suelo de su región, facilitando la toma de decisiones para cultivar de forma más sostenible, restaurar áreas degradadas o simplemente apreciar la riqueza que hay bajo nuestros pies.
Además, todo este conocimiento lo compartimos de forma abierta. Queremos que cualquiera, desde un agricultor hasta una persona curiosa, pueda acceder a la información y sacarle provecho. Porque al final, cuidar el suelo es responsabilidad de todos, y cuantos más seamos, mejor lo haremos.
Detrás de cada uno de estos mapas hay un equipo con muchas ganas, una pizca de innovación y un profundo respeto por la naturaleza. Y aunque la tecnología nos ayuda, lo más importante sigue siendo la pasión por hacer las cosas bien y dejar un mundo mejor para quienes vengan después.
Las herramientas digitales aplicadas al sector primario están orientadas a facilitar la toma de decisiones, maximizando el potencial de rendimiento de los cultivos; a la vez que permiten reducir el impacto ambiental (por ejemplo el uso excesivo de agua o fertilizantes).
La Agricultura digital o Inteligente
La Agricultura Digital o Inteligente es un concepto que ha nacido recientemente gracias al uso de las nuevas tecnologías aplicadas a la agricultura o la ganadería.
La clave de su éxito es el desarrollo una tecnología asequible a todos los bolsillos, y que tengan un uso sencillo e intuitivo (alta usabilidad). Estamos hablando desde el seguimiento de los rebaños gracias a los sensores GPS, sensores de temperaturas y/o humedad, el uso de modelos de cultivos para optimizar los cultivos, conocimiento del estrés vegetal o hídrico mediante el uso de sensores remotos (drones), etc.
Pero además, debemos incluir el valor del intercambio de información mediante el uso de las redes sociales y las páginas web. Éstas ayudan a poner rostro y nombre a los alimentos que compra, incrementando la confianza de los proveedores y del consumidor.
Asimismo – en el caso de la ganadería-, la recogida y el análisis de los datos extraídos por la herramientas digitales pueden ser usadas para ayudar a identificar los animales que estresados o enfermos, y orientarlos hacia bienestar animal y mejorar la calidad de los alimentos.
Casos de éxito
Son numerosos los casos que exitosamente han implementado las herramientas digitales en la agricultura, como son los siguientes.
Un software de administración en Macedonia
Suzana Dimitrievska es una emprendedora de Macedonia del Norte. Hace unos años que utiliza un software de administración para planificar y monitorear los cultivos. Con ello, ha conseguido minimizar los costes de mano de obra, reducir el consumo de combustible y fertilizantes orgánicos.
María Páez es una ganadera de Viana do Bolo (Ourense) que un día decidió instalar GPS en cada una de sus cabezas de ganado para tenerlas geolocalizadas y analizar su comportamiento. María ahora puede conocer el recorrido de sus vacas, y por tanto las zonas de pastos, a la vez que conoce su temperatura, evita posibles predadores o áreas de peligro.
Vaca con dispositivo de Geolocalización. Fuente: Campo Galego
Guiado autónomo de tractores
Al parecer, ya no es necesario que el cultivador dirija su tractor desde la cabina de éste. Ya se encuentra en el mercado el guiado por GPS, radar, cámaras e Inteligencia Artificial que permite a la máquina realizar el laboreo por sí misma (dependiendo de la marca). Ahora el agricultor puede centrarse en otras faenas mientras recibe notificaciones vía teléfono.
Uso de drones para la mejora del cultivo en pistachos
Puede que sea la práctica que actualmente se extiende con más rapidez, gracias al boom de los drones. Este es el caso del Grupo Pistacyl, en Castilla y León, quienes a través de un proyecto innovador dirigido a la producción sostenible del pistacho, ha utilizado la tecnología de sensores remotos en drones. La información arrojada les está permitiendo conocer mejor las necesidades hídricas de su cultivo.
Sensores para monitorear la humedad y la temperatura
Una agricultura de precisión debe encontrarse apoyada por herramientas digitales que le proporcionen datos y permitan tomar decisiones inteligentes. Los sensores de temperatura y humedad del suelo (a distintas profundidades) y microclima, permiten recoger información de manera remota y en tiempo real.
Este es el caso del proyecto llevado a cabo por el Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona (ICMAB), del CSIC, en viñedos de Barcelona; cuyos sensores han permitido conocer el crecimiento y la producción óptima de la uva.
Los investigadores del ICMAB-CSIC Iván Álvarez (de pie) y Mariano Campoy-Quiles (agachado) instalando sensores en un viñedo. / ICMAB. Fuente. CSIC
Inteligencia Artificial en las marismas del Guadalquivir
El cultivo del arroz de las marismas del Guadalquivir está innovando gracias a la Inteligencia Artificial y a las imágenes satélite. Se han instalado sensores y cámaras en este paisaje que medirán de forma constante parámetros (conductividad eléctrica, clorofila, temperatura y humedad, etc.) que se relacionarán con el histórico imágenes satelitales. El objeto es desarrollar modelos predictivos que ayudarán a los arroceros tanto a la producción como a evitar plagas.
Cultivo de arroz en la marisma del Guadalquivir. Fuente: Agrónoma
Conclusión
En definitiva, podemos asegurar que la revolución tecnológica que se ha volcado en un sector primario que necesitaba de ellas. No solo se pretende una mejora de la producción y de la calidad del alimento; sino que debe hacerse de forma sostenible. Además, que debe adecuarse a las nuevas condiciones ambientales que el cambio climático nos está generando, como puede ser el aumento de las temperaturas.
No obstante, estamos interesados en conocer si tú estás dispuesto a implantar una de estas tecnologías o encuentras barreras (económicas, políticas, etc.) que no te lo permitan.
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